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Sin duda, una de las principales razones por las cuales españoles y extranjeros deciden dejarse conquistar por la Costa Blanca es el clima. Es de los pocos lugares del mundo donde se disfruta de un ambiente cálido, sin llegar a ser sofocante, con temperaturas agradables durante todo el año. Pero, también, la Costa Blanca destaca por su ambiente cultural y su mezcla de gentes, además de invitar a un estilo de vida saludable. Otros factores atractivos, que convierten a esta zona en el lugar idílico donde pasar los días de retiro, es que tiene buenos servicios sanitarios y, además, el coste de la vida es relativamente bajo. A diferencia de otras zonas residenciales de lujo, vivir en la Costa Blanca no es caro.
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Por otro lado, la zona goza de una intensa actividad económica y comercial, con grandes posibilidades para invertir en esta área y para establecer negocios, ya que la oferta de ocio tiene muchas posibilidades de triunfar.
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Su temperatura es muy agradable; ideal para no sufrir de frío ni calor durante todo el año. Estas temperaturas suaves, unidas a sus colinas y cadenas montañosas, contribuyen a generar un microclima que impide un descenso brusco de las temperaturas con más de 320 días de sol al año.
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El clima es ideal, pero ese no es el único encanto de la Costa Blanca. Su historia, arte, cultura y, en especial, gastronomía, atraen a propios y extraños en un ambiente perfecto para sentirse acogido, sea cual sea la procedencia de quien la visita.
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La mezcla de cultural ha dejado un vestigio grande de lugares para visitar y disfrutar de sus bellas vistas. Así, aburrirse en la Costa Blanca es, literalmente, imposible, ya que cuenta con una amplia ruta de castillos y más de un centenar de fortalezas para visitar y conocer su historia, muchos de los cuales han sido declarados Bienes de Interés Cultural. También existen museos cercanos, en Alicante, como por ejemplo el Museo Arqueológico (MARQ) o el Museo de Arte Contemporáneo. Todo ello sin perjuicio de otros sitios de interés, como son la Casa Modernista de Novelda o el santuario de María Magdalena. Tampoco deben dejarse de citar los denominados Patrimonio de la Humanidad: el Misteri d´Elx, El Palmeral de Elche o el Arte Rupestre del Arco Mediterráneo, entre muchos otros encantos naturales y arquitectónicos.
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Junto a la cultura y riqueza de patrimonios, destaca también la gastronomía, pues en la Costa Blanca no solo disfruta la vista, sino también el paladar. Si playas y monumentos atraen al turista, la comida ya los atrapa para siempre. Y lo mejor de todo es que se trata de unos platos saludables que cuidan la salud del comensal, complementando el estilo de vida sano que imponen el lugar y sus costumbres.
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Es posible encontrar una nada desdeñable oferta de restaurantes exóticos de todo tipo y precios variados, tanto para quienes buscan un menú sencillo y de gran calidad, en cuanto a sabor; como para aquellos otros que buscan dar satisfacción a paladares más exigentes. La calidad es destacable en todos estos sitios, al igual que el trato recibido y la atención, así como la frescura y calidad de sus alimentos. Entre los sabores a degustar, hay para todos los gustos: paella y otros arroces, pero también pescados, mariscos y carnes. Todos ellos cocinados con una mezcla de estilos procedentes de su diversidad cultural: morisca, mediterránea y agrícola.
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Y tras el menú sano y exquisito, se puede salir a buscar el ejercicio físico para conseguir el estilo de vida más activo y óptimo. Ideal para quienes aman el senderismo, buceo o submarinismo. Pero también se disfruta jugando al golf, al fútbol, windsurf o practicando hípica.
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Así, la Costa Blanca es el lugar idóneo para quienes buscar la paz del hogar: confortable, cálido, relajante y luminoso; junto con múltiples opciones para pasar el rato e, incluso, para iniciar proyectos de toda índole porque la tierra promete la prosperidad gracias al turismo.
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LOS MAYORES, RESIDENTES DE COSTA BLANCA

La Costa Blanca recibe con los brazos abiertos a todos. Sin embargo, lo hace con especial cariño a los más mayores; quienes, en este lugar, consiguen sentirse eternamente jóvenes y disfrutar de sus ratos de ocio, mientras cuidan su salud. Además, la atención sociosanitaria está muy controlada y es accesible. Soñar con un lugar de residencia es soñar con la Costa Blanca; su clima mediterráneo, sus sabores exóticos y gente acogedora, aparte de su cultura exquisita y plural.
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